Directorios para startups, mientras antes mejor

Los términos, directorio y buen gobierno corporativo, suelen asustar a muchos emprendedores, en parte por falta de entendimiento de ambos conceptos.  El sentido común imperante es que formar un directorio e implementar buenas prácticas de gobierno corporativo debe atrasarse y no es necesario hasta que se levante dinero institucional (VC). Es decir, se ve como una condición para recibir fondos y no necesariamente como algo que añada valor.

 

Tres razones comunes que los emprendedores citan para no tener un directorio son:

  1. Dudas con respecto al valor que personas externas pueden agregar
  2. Pérdida de tiempo en reuniones
  3. Pérdida de flexibilidad en la toma de decisiones

 

Generar una idea, diseñar un producto y lanzarlo al mercado genera niveles de arrogancia y de suficiencia que lleva al emprendedor a desconocer, explícitamente o implícitamente, que puedan existir personas fuera de su entorno cercano que pueda agregarle valor.  Quienes piensan así suelen encontrarse tarde o temprano con una realidad que los abruma e intentan buscar ayuda cuando es demasiado tarde.

 

Los que reconocen el valor que pueden dar personas externas, inversionistas o no, a veces no quieren formar un directorio porque consideran que las reuniones formales son una pérdida de tiempo y prefieren juntarse en reuniones individuales.  Si bien esto es un avance, estas reuniones no replican un intercambio de ideas entre un grupo de profesionales y expertos que se nutren uno del otro.  Es de esos intercambios que nacen propuestas y que le pueden dar a los fundadores el “feedback” que necesitan.  Para que eso no suceda se debe estructurar las reuniones eficientemente, dándole un tiempo corto a presentar los resultados para enfocar más tiempo a conversar acerca de temas estratégicos para la empresa.  La reunión ya no es una obligación tediosa, sino en un ejercicio útil para los fundadores y enriquecedor para los directores.

 

Los emprendedores subestiman el valor de compartir la toma de decisiones con personas experimentadas y con diversidad de conocimientos, que los guíen en temas estratégicos, comerciales, operativos y financieros.  En una reunión de inversionistas, analizando un caso de desinversión reciente, Culqi, concluimos que un directorio hubiera podido ayudar a los founders a estructurar mejor los levantamientos de capital y evitar las tediosas negociaciones que tuvieron con los distintos grupos de inversionistas para poder cerrar la venta a Krealo (corporate venture de Credicorp). Compartir la toma de decisiones con un directorio también otorga mayor respaldo frente a los inversionistas actuales y transmite la señal a otros interesados en invertir que los fundadores son serios con respecto a asumir buenas prácticas de gobierno corporativo.

 

Como incentivo adicional para ello está la ventaja de tener “cómplices” en esta toma de decisiones, generando escenarios donde “el CEO y su equipo son responsables de lo bueno y el directorio de lo malo”.

 

Es por ello que los fundadores van tomando conciencia de este desafío y ya estamos trabajando con algunos como Fernando L. de Aprendiendo.la para incorporar buenas prácticas de gobierno corporativos caminando hacia la formación de un directorio que agregue valor, tenga reuniones eficientes y lo apoye para tomar las decisiones estratégicas más importantes.