Jared Diamond –el gran científico, pensador y escritor norteamericano– en su libro Crisis: Cómo reaccionan los países en momentos decisivos (2019), adapta el protocolo de las terapias de crisis personales, desarrollado a partir del evento traumático del incendio en una sala de fiestas en Boston en 1942, a las crisis que sufren los países.
El punto 6 (son 12) de este protocolo de terapias de crisis, dice que el “ego” –entendido como un fuego interior positivo.. es un impulsor para tener la fuerza necesaria para salir de las crisis. Diamond adapta este punto 6 al tema de las crisis nacionales, indicando que el equivalente a este “ego” es la “identidad nacional”, que entre otras cosas es un catalizador de la unión, del destino común, de algo por lo que vale la pena luchar como nación.
Es indudable que el Perú es un país de todas las sangres como decía Arguedas, el diagnóstico está hecho hace muchos años y por múltiples estudios y autores. Esta característica que enriquece a un país no ha sido enseñada como una ventaja. Diversas ideologías han usado esta realidad y la han usado para profundizar las diferencias y los complejos, manteniendo a todo el Perú en la ignorancia. Todos sabemos que somos un país mestizo, heredero de dos grandes imperios, y ahí radica nuestra riqueza y nuestra identidad nacional.
La fusión entre lo andino y lo occidental empezó ya hace casi 500 años, con el encuentro de dos imperios, dos culturas, lo Incaico y lo Español, esa es la piedra angular de la historia del Perú moderno, la fusión étnica y cultural es el gran valor de una nueva sociedad, que tiene ya siglos compartiendo un territorio, pocos países son beneficiarios de ese gran legado. Hemos tenido cinco elecciones presidenciales en el siglo XXI en el Perú, en tres de ellas hemos visto elegidos representantes de esta fusión, de ese encuentro, sin exclusiones.
Ahí están, Alejandro Toledo Manrique, andino en su biotipo y occidental en sus apellidos, lo mismo que Ollanta Humala Tasso y Pedro Castillo Terrones. Y en el primer poder del Estado, el Parlamento, esta fusión es todavía más evidente. Somos herederos de dos grandes imperios, uno que dominó el mundo a su tiempo y otro que dominó todo un continente. Somos herederos del yaraví y del flamenco.
Ese es nuestro gran legado, esa la piedra angular del Perú moderno, debemos apoyarnos en esto para salir de esta crisis, crezcamos y dejemos la adolescencia de una vez por todas, de lo contrario moriremos prematuramente, siendo despedazados y balcanizados por nuestros enemigos, internos y externos. Estos enemigos son las ideologías, siempre en los extremos, siempre jalando hacia el lado contrario al progreso, y por supuesto ayudados por el crimen organizado.